Si bien es cierto que hoy la vida se ha hecho mucho más cómoda gracias a Internet y a un sinfín de dispositivos digitales que nos apoyan en nuestras actividades diarias, también estas facilidades nos exponen a una gran cantidad de amenazas que ponen en riesgo la protección de nuestros datos. Y esto se debe principalmente a que el crimen cibernético o ciberataque crece, se hace más sofisticado y eficiente, en la misma medida en que hay mayor cantidad de personas conectadas y se incrementa la actividad comercial y financiera en la red.
Según estadísticas de la firma Deloitte, el promedio de dispositivos inteligentes conectados en los hogares norteamericanos se duplicó entre 2019 y 2021, principalmente debido a la pandemia. Pero esto, lejos de solo beneficiar a las personas, también puede complicarles la vida, ya que se convierte en una tarea compleja la administración de tantos dispositivos. Y, por otro lado, se eleva el riesgo de un ataque que afecte la seguridad de su información personal.
Los ataques que se ven a diario en el ciberespacio no solo son cada vez más potentes, sino también son más frecuentes y, al mismo tiempo, representan menos esfuerzo para los criminales cibernéticos. Te sorprendería saber que, según expertos en seguridad informática, en la dark web o Internet profunda existe la posibilidad de comprar ataques de “malware” con la misma facilidad con la que compras un producto o realizas la suscripción a un servicio cualquiera en la red.
Si quieres saber más de este tema, te invitamos a que sigas leyendo y te lo explicaremos en detalle.
¿Qué es un ataque cibernético o ciberataque?
Los ciberataques son acciones maliciosas, generalmente realizadas por una persona o un grupo organizado, también denominados atacantes o hackers, cuyo objetivo es lograr el acceso no autorizado a un sistema, red o infraestructura informática, así como a dispositivos personales, con el fin de destruir, robar o manipular los datos. También este tipo de ataques pueden tener como objetivo dañar o utilizar una red para fines malintencionados.
Estos ataques pueden estar dirigidos tanto a personas como a organizaciones y pueden generar diversos efectos negativos. El primero de ellos está relacionado con la violación de datos, lo que conlleva a la pérdida o manipulación de información valiosa. También pueden afectar la credibilidad y la reputación de una organización, así como causar grandes pérdidas financieras. Y en el caso de las personas, la sustracción de información sensible puede permitir a los atacantes suplantar la identidad de la víctima con fines maliciosos.
De allí la importancia de implementar la ciberseguridad como mecanismo para resguardar los sistemas informáticos, las redes y los dispositivos de los accesos no autorizados.
Tipos más frecuentes de ciberataques
La lista de ataques cibernéticos que hoy podemos encontrar es bastante grande, sin embargo, la tendencia es a que siga creciendo con métodos cada vez más sofisticados y, al mismo tiempo, de mayor alcance e impacto. A continuación, te explicaremos cuáles son los 5 tipos de ciberataques más comunes, a fin de que puedas entender en qué consisten y cómo puedes hacer para proteger tus sistemas, tus dispositivos o tus redes de sus acciones nocivas.
1. Phishing
En esta modalidad, la acción que realiza el atacante consiste en enviar a su objetivo correos electrónicos que parecen tener su origen en una fuente confiable y legítima, como puede ser una institución bancaria, a fin de obtener información confidencial de la persona u organización. Por lo general, estos ataques combinan la tecnología con la ingeniería social, lo que permite que lleguen hasta el objetivo y obtengan la información que requieren, sin generar sospechas o ser detectados.
El nombre que recibe este tipo de ataque se debe a la acción que realiza el atacante consiste en “pescar” utilizando un “cebo”, que en este caso sería un remitente que parece ser auténtico y confiable. En estos casos, el atacante lo que hace es enviar un enlace a su objetivo para que se dirija a un sitio web falso, donde es engañado para que suministre información confidencial o para que descargue un malware o virus.
Para evitar este tipo de ataques, las organizaciones realizan campañas de concientización orientada al usuario final en donde recomiendan evitar abrir correos desconocidos, verificar el dominio del correo remitente, verificación de la faltas ortográficas, concordancia o redacción, entre otros; que ayudan a minimizar el riesgo de que los usuarios finales sean víctimas phishing.
2. Denegación de servicio (DoS)
Este tipo de ataque es utilizado para saturar los recursos de un sistema, utilizando solicitudes de servicio ilegítimas, con el fin de que se bloquee y no pueda brindar servicio a los usuarios que quieren acceder a él de forma legítima. La acción maliciosa consiste en inundar un sitio web con falsas solicitudes de servicio, a las cuales el sistema se verá obligado a responder, lo que provoca el consumo de todos sus recursos.
Lo que persiguen los atacantes con este tipo de acción, es obligar al cierre de las operaciones del sitio web afectado. En otros casos, este tipo de ataques son utilizados para obligar a que el sistema sea desconectado y, de esa forma, dejar al sitio vulnerable para que sea blanco de otro tipo de ataques.
Para evitar ser objeto de este tipo de ataques, lo que sugieren los expertos es que se utilice un firewall efectivo que detecte las solicitudes ilegítimas que quieran ingresar al sitio, a fin de que sean descartadas y no afecten el funcionamiento del sitio.
3. Rotura de contraseña
Este es tal vez uno de los ataques con los que estamos más familiarizados, ya que se han hecho muy populares gracias a las múltiples escenas de películas de suspenso y de espías. Se trata precisamente de la utilización de diferentes métodos para apropiarse o conseguir ilegalmente la contraseña de una persona o usuario.
Dentro de una organización, el atacante puede intentar sustraer la contraseña por su cuenta o pagándole a alguien que lo haga por él. También se puede valer de otros métodos, como el phishing o la ingeniería social, para obtener este tipo de información privada.
También el atacante puede intentar descifrar una contraseña utilizando combinaciones de la información personal del objetivo, como por ejemplo la fecha de nacimiento, aniversario de bodas, el nombre de una mascota, entre otras.
Para evitar esta modalidad de ataque, lo recomendable es utilizar aplicaciones para gestores de contraseñas, utilizar claves robustas que no sean fáciles de descifrar, así como bloquear los accesos a aplicaciones, dispositivos y sitios web, después de que se registren varios intentos fallidos de ingreso de clave.
4. Ransomware
Seguramente ya has escuchado de algunos casos de secuestro de los sistemas informáticos de algunas organizaciones, los cuales se han hecho públicos por el impacto que han tenido estos ataques en los servicios que ofrecen estas empresas. Un ejemplo fue el ataque de ransomware a la empresa norteamericana Colonial Pipeline Company, que afectó en 2021 una parte importante del transporte interno de combustible, por tubería, en los EEUU.
El objetivo de estos ataques es contaminar un sistema con un malware, insertado a través de un sitio web o de un archivo adjunto en un correo electrónico, el cual se aprovecha de las vulnerabilidades del sistema para invadirlo y bloquearlo. Por lo general, la captura o bloqueo del sistema puede tomar días o incluso semanas, una vez que el malware inicia sus acciones nocivas.
Una vez que el ransomware cumple su objetivo, el atacante puede tomar control del sistema o de una parte considerable de este, todo esto con el fin de solicitar un rescate a la persona u organización afectada. Una vez que se paga el rescate, el afectado recupera nuevamente el control del sistema.
La recomendación que hacen los expertos para evitar este tipo de ataques, consiste en estar atento a los sitios web que visitas y los enlaces a los que haces clic. También es importante el uso de un firewall con capacidad para hacer inspecciones profundas a los paquetes de datos, utilizando la inteligencia artificial (AI).
5. Troyanos
Si estás familiarizado con la historia de la guerra de Troya, no será muy complicado entender en qué consiste este tipo de ataque. En este caso, se trata de un programa malicioso o malware, al que se disfraza como un programa legítimo y confiable. La idea es que la persona ejecute este programa y que el malware ingrese al sistema.
Una vez que el sistema es invadido, se puede usar el malware para abrir una puerta trasera que permita a los atacantes ingresar al sistema o penetrar la red de una organización, sin ser detectados. Para ejecutar esta acción, los atacantes deben primero identificar un usuario desprevenido que descargue el programa, lo ejecute y, de esa forma, siembre el malware dentro del sistema de la empresa. Por eso los expertos en ciberseguridad recomiendan evitar que los usuarios descarguen o instalen programas que no tengan un origen verificado y, además, utilizar un firewall que pueda examinar muy bien los paquetes de datos para detectar y aislar inmediatamente cualquier troyano.
La recomendación para prevenir este tipo de ataques es utilizar un antivirus, NDR o XDR para reforzar la seguridad de los dispositivos finales de la empresa y así mantener protegida la red interna, así como también el uso de firewall de próxima generación con motores de seguridad.
Como ves, la seguridad en estos casos tiene que ver tanto con las precauciones que se tomen para evitar las amenazas, como con el uso de la tecnología y los métodos de protección adecuados para tal fin. Si tienes dudas acerca del estado de protección de tus sistemas o de tu red interna, no dudes en contactarnos. En Hillstone tenemos soluciones de ciberseguridad innovadoras y accesibles que se ajustan muy bien a los requerimientos de tu negocio.